NEOCLASICISMO. Arquitectura (Francia)

Respecto a la arquitectura neoclásica, también vive su particular evolución. Se mueve igualmente bajo el ideal de la razón, con objeto de acabar con la extravagancia barroca. Se erige con parámetros austeros, apoyándose en la geometría como ideal arquitectónico. Dentro de este ideal se exaltan los volúmenes puros y se recuperan los órdenes clásicos (por tanto, también la columna). Se teorizó sobre la preeminencia del orden dórico, más masculino y robusto, pero por resultar demasiado cargado, se opta por el orden toscano.

Hay tres modelos arquitectónicos a seguir en el período Neoclásico:

  • La Antigüedad, siguiendo el modelo griego o romano.
  • Lo histórico, optando por evoluciones tales como un neogótico, por ejemplo.
  • De la naturaleza, a partir de la cual surge el funcionalismo, el racionalismo.

Hubo dos focos, Francia e Inglaterra, que establecieron el neoclasicismo bajo un signo muy diferente. Francia brindó principalmente un aporte ideológico, lució un neoclasicismo radical bajo el sino utópico; mientras que Inglaterra se decantó por un particular eclecticismo y la introducción de un estilo industrial, con arquitecturas de hierro y cristal.

1. Francia

Los teóricos franceses comulgan con esos tres modelos neoclásicos anteriormente citados. Podríamos decir que la Francia neoclásica se desarrolla desde la década de los 60 hasta Napoleón y su ostentoso imperialismo arquitectónico.

Uno de los primeros edificios resultantes de ese deseo de limpieza arquitectónica es el Petit Trianon de Versalles, pero el primer edificio oficialmente neoclásico es el Panteón de París, obra del arquitecto Soufflot y terminado en 1790, en plena Revolución Francesa.

Soufflot une dos elementos claves: el círculo y el cuadrado, símbolos de la geometría más pura. El neoclasicismo es una arquitectura de búsqueda. Es el mensaje mismo de la razón.

Sin embargo, los verdaderos máximos exponentes de la arquitectura francesa neoclásica serán Louis Étienne Boullée y Claude Nicolas Ledoux. Fueron dos jóvenes pertenecientes a la generación de la revolución, por tanto, fueron educados en Los Años del Terror. Ambos destacaron por tener una tendencia radical hacia la simplicidad, encarnada en geometría pura. Reciben el nombre de ‘arquitectos utópicos’ por idear proyectos prácticamente irrealizables debido a dos motivos: primero, porque Francia, debido a su contexto sociopolítico, no está en condiciones de llevarlos a cabo; y segundo, aunque la situación hubiera sido favorable, son eminentemente experimentales. Son proyectos gigantescos que desbordan con creces la escala humana. Son creaciones cósmicas.

  • Boullée (1728-1799). Para él, la forma debía ser el fin último del arquitecto. En sus proyectos experimentó con todas las formas geométricas puras posibles a una escala gigantesca, centrándose sobre todo en los edificios de carácter público.

Su proyecto para el Cenotafio a Newton (1784) es uno de los más célebres. En él es obvio el espíritu funcionalista: la forma de la esfera, eternamente vinculada al cosmos, de dimensiones sobrehumanas, encaja perfectamente con la figura de Newton.

  • Ledoux (1736-1806). Fue más pragmático que su compañero, ya que desempeñó varios cargos en la Francia republicana. Ideó la ciudad industrial del futuro, por así decirlo. Sus dibujos arquitectónicos fueron publicados en una obra cuyo título es bastante significativo: “La arquitectura considerada en relación con el arte: las costumbres y la legislación”, es decir, deja entrever un sentido plenamente pragmático de la arquitectura. Aunque su estilo muestra una libertad de creación absoluta, es notable su influencia neoclásica romana, con miras a la utopía arquitectónica.

En 1776 se le asigna un proyecto para la ciudad de Chaux. En este dibujos vemos de nuevo el carácter pragmático de su creación: se trata de la planta de una ‘Maisón de plaisir’, con forma explícitamente fálica.

En 1786 elabora los proyectos para el Palacio de Justicia y la Prisión de Aix-en-Provence. Cuerpos cortantes y aislados, elementos nítidos, geometría básica con un vocabulario más restringido pero eficaz.

En 1771 se hace la primera reflexión importante sobre el urbanismo con los proyectos arquitectónicos de la ciudad de Chaux, con distribución concéntrica, en cuyo centro se organizarían los edificios públicos. Se introduce además una concepción novedosa de la ciudad jardín. En su proyecto de Casa del jardinero vemos una experimentación simbólica.

También se reflexiona sobre la organización y estructura de los cementerios, anticipando la visionaria imagen de la colocación de nichos en plantas como medida de aprovechamiento espacial.

Estos dos arquitectos quedaron relegados en su tiempo por su excentricidad y modernidad. La arquitectura francesa seguirá los derroteros de Napoleón: edificios que refuerzan el mensaje imperial, con la utilización de la columna, el panteón, el arco del triunfo, etc. Se trata de un neoclasicismo pragmático.

Recomendación cinematográfica: El vientre del arquitecto (1987), de Peter Greenaway.

Deja un comentario